diciembre 09, 2012

Tiempo fuera

He escuchado Brandenburg gate seis veces esta noche. En casa hemos escuchado el Time out durante casi todo un mes. Sebastián se despierta bailando Take five. Se duerme escuchando Take five. Mi Rosario nos acompaña, como Desmond a Brubeck, en ese diálogo tan fino, tan preciso, tan precioso. Como tan pocas cosas tan extraordinariamente perfectas. Desde hace unos días el cielo (lo que quiera que eso sea) tiene ritmo.

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