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Díaz de paz y amor
Pero también está la contraparte. Parafraseando a Cortázar (Libro de Manuel, 1973), tras la violencia nuestra de cada día: Los amos de la tierra se permiten sus lágrimas de cocodrilo más eficaces al deplorar la violación de la paz en estos días en que los pueblos olvidan sus diferencias. ¿Quién olvida? Una vez más entra el juego el masaje a escala mundial de los mass media. No se oye, no se lee más que Sudáfrica, Sudáfrica. No hay lugar en sus canales, en sus columnas, en sus mensajes, para decir, entre tantas otras cosas, el nombre de mi ciudad.
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