junio 16, 2009

Breve ensayo de la distracción

Alejandro Rossi ha muerto. Llevo diez días susurrando eso a mis oídos. Nos tomó distraídos, como por sorpresa. ¿De qué otra forma pudo irse? Todo el mundo mirando al Sur, mirando cómo la República Oriental lloraba hipócritamente a su héroe de tinta. Esperó un buen momento para salir por la puerta de atrás. Hacia su república de páginas perfectas. 

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