marzo 18, 2008

Sotavento

Visto desde lejos el paisaje permanece uniforme, idéntico a sí mismo: una alfombra de gramas salpicada de árboles vigías dioses. Tierra bañada de ríos que, esporádicos y eternos, aparecen al encuentro por todas partes. De esta mezcla de suelo, agua y sol, emergen los que al compás de una jarana conjuran en trova galana la historia de su región.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La mía es una región avara. La tierra, si la hay, es escasa. Aquí no nos hicieron de barro. Apilaron un montón -montoncito, una cosa más bien discreta- de piedrecitas y piedresotas hasta que nos dio la gana de vivir y de respirar y de andar. Y vivimos aquí, donde si la tierra escasea, el agua que uno puede ver "a golpe de vista", como decían los antiguos, también.
Como estamos hechos de piedra, rodamos por ahí todo el tiempo, pero algún mineral extraño debemos tener en nuestra constitución, porque tarde o temprano, una especie de fuerza gravitatoria nos regresa sin aviso a nuestro origen, estemos donde estemos.
Así, vivimos donde la tierra es piedra y el agua misterio subterráneo. A saber cómo, entonces, vivimos tan felices y pensamos que éste, es el mejor sitio donde pudiéramos estar.

Anónimo dijo...

piedrotas... repite, Luna, piedrOTAS. Digo, en mi defensa, que lo otro sonaba un poco más musical.