octubre 29, 2007

Viajar

Recorrer la ciudad, palmo a palmo, sin la prisa de los últimos tantos de agua en la tarjea. Vila-Matas se convierte en una de esas ciudades andables, calles y plazas que se andan con ligereza pero sin prisa. Taimadas. Disimuladas. Como la tinta que traza el paisaje de su rostro.

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